Un estudiante es un caso particular, muy particular de forma de vida. Es un ser que se encuentra en una etapa de aprendizaje, especialización - hablando de nivel profesional -, el cual se encuentra en la mayoría de las ocasiones inquieto, indeciso en la elección del área a la que dedicará sus esfuerzos en el ámbito laboral.
Lo anterior no es una invención mía, es lo que yo viví. Como estudiante, no sólo yo, sino también mis compañeros, amigos discutíamos sobre el área en la que trabajaríamos una vez concluyéramos la carrera. Perspectivas, proyectos, ambiciones, son cosas de las que uno habla, por no decir que sueña.
Sin embargo, a pesar de los mecanismos, estructuras y demás sistemas de vinculación, que existen en las distintas instituciones públicas y privadas de la República Mexicana, para que el estudiante pueda relacionarse y trabajar en ambiente laborales reales, esto en un porcentaje considerable no resulta del todo positivo.
Si bien es cierto que en casos particulares de instituciones educativas - sobre todo privadas - existe sistemas de vinculación laboral muy buenos, en el sector de las escuelas públicas no es la misma historia. Es importante hacer notar, que no estoy tratando de satanizar, juzgar, etc. a las universidades, tecnológicos y demás, no, no se trata de eso.
Lo que trato de exponer es que a pesar de los intentos que realizan las instituciones por que nosotros aún como estudiantes tengamos la oportunidad de obtener experiencia profesional y laboral, esto no funciona del todo bien. Uno escucha a sus maestros "nuestra intención es que ustedes conozcan y se den cuenta como son las cosas allá afuera, en el mundo real", bonita frase, lastima.
Actualmente soy uno más en la estadística de profesionistas desempleados en este país, y lo que trato de hacer es relatar mi historia de cuando conocí ese "mundo real".
Recién termine el último de mis semestres en la carrera - Ing. en Sistemas - yo y otro amigo nos dispusimos a buscar trabajo de tiempo completo, si bien teníamos claro que encontrar un trabajo de nuestra área en nuestra localidad - Colima - sería algo complicado, nunca imaginamos cuanto lo sería. Empezamos a buscar a tocar puertas, encontramos algunos lugares con posibilidades, nos ilusionamos cual recién graduados.
Es aquí cuando empiezan los problemas, empezar a tratar con las personas de recursos humanos de las empresas, esos seres tan "especiales", los cuales no tienen la sutileza de tratar a la gente, pareciera que ellos nunca tuvieron la necesidad de buscar empleo. Bueno eso es tema para otra ocasión, lo relevante es llegar a la experiencia.
Realizamos - mi amigo y yo - test sicométricos, nos entrevistaron, nos evaluaron - muy a su manera -, nos dijeron "tienen aptitudes" y nos desilusionaron "pero ... no tienen experiencia". ¿De qué se trata?, ¿qué es lo que les pasas a la empresas en México?.
En muchas organizaciones lucrativas - empresas - cuando lanzan una requisición de personal anexan el requisito de experiencia mínima, restringiendo desde un inicio a personas como yo, profesionistas egresados que su máxima experiencia laboral es haber desarrollado un "par" de proyectos a ciertas empresas, que a pesar de contar con este antecedente, no suelen dar la oportunidad.
La situación se agrava cuando uno contiende por una vacante que no es del área que egresó, las empresas - o por lo menos los fulandrines que tienen en recursos humanos - se cierran al perfil que buscan, no te dan ni la mas mínima oportunidad, siendo que en algunos casos, lo que requiere el puesto es sentido común. Y es que yo creo en lo que alguna vez leí:
"Siempre he sido consciente de que la universidad lo que hace es darte criterios y volverte una persona racional para solucionar problemas y al final puedes terminar en cualquier área" Ernesto Gálvez
Así pues consideró que el sector privado y público - no en todos los casos - se están equivocando, si bien lo que buscan es arriesgar lo menor posible sus intereses al contratar gente sin experiencia, se están perdiendo de gente que bien tiene potencial y sobre todo ganas de hacerlas las cosas bien. No es que solamente hable de mí, sino de personas que conozco que son profesionistas que valen la pena, pero que por esta causa y otras más no han tenido la oportunidad de demostrarlo.
Es lamentable esta situación de la experiencia, el hecho que no te den la más mínima oportunidad, que ni siquiera te permita tener un periodo de evaluación en el área de trabajo. Hablando de evaluación, una amiga, se le concedió la oportunidad de estar a prueba por un periodo - no recuerdo el tiempo exacto - en gobierno del estado, lo cual a mí parecer es algo positivo, que si bien no tiene asegurado el puesto, tiene la posibilidad de "pelear" por él.
Eso es a lo que se le debería de apostar, a evaluar a la gente en situaciones reales de trabajo, no ha cerrarles la puerta. Que se supone para eso sirve las residencias/prácticas profesionales, pero como bien dije al final de cuentas no son valoradas como se debiera.
Para concluir con este tema - que en realidad podría continuar, pero será en otra entrega - hay una frase en un comercial que dice una gran verdad "como quiere que tenga experiencia si nadie me da trabajo".
Lo anterior no es una invención mía, es lo que yo viví. Como estudiante, no sólo yo, sino también mis compañeros, amigos discutíamos sobre el área en la que trabajaríamos una vez concluyéramos la carrera. Perspectivas, proyectos, ambiciones, son cosas de las que uno habla, por no decir que sueña.
Sin embargo, a pesar de los mecanismos, estructuras y demás sistemas de vinculación, que existen en las distintas instituciones públicas y privadas de la República Mexicana, para que el estudiante pueda relacionarse y trabajar en ambiente laborales reales, esto en un porcentaje considerable no resulta del todo positivo.
Si bien es cierto que en casos particulares de instituciones educativas - sobre todo privadas - existe sistemas de vinculación laboral muy buenos, en el sector de las escuelas públicas no es la misma historia. Es importante hacer notar, que no estoy tratando de satanizar, juzgar, etc. a las universidades, tecnológicos y demás, no, no se trata de eso.
Lo que trato de exponer es que a pesar de los intentos que realizan las instituciones por que nosotros aún como estudiantes tengamos la oportunidad de obtener experiencia profesional y laboral, esto no funciona del todo bien. Uno escucha a sus maestros "nuestra intención es que ustedes conozcan y se den cuenta como son las cosas allá afuera, en el mundo real", bonita frase, lastima.
Actualmente soy uno más en la estadística de profesionistas desempleados en este país, y lo que trato de hacer es relatar mi historia de cuando conocí ese "mundo real".
Recién termine el último de mis semestres en la carrera - Ing. en Sistemas - yo y otro amigo nos dispusimos a buscar trabajo de tiempo completo, si bien teníamos claro que encontrar un trabajo de nuestra área en nuestra localidad - Colima - sería algo complicado, nunca imaginamos cuanto lo sería. Empezamos a buscar a tocar puertas, encontramos algunos lugares con posibilidades, nos ilusionamos cual recién graduados.
Es aquí cuando empiezan los problemas, empezar a tratar con las personas de recursos humanos de las empresas, esos seres tan "especiales", los cuales no tienen la sutileza de tratar a la gente, pareciera que ellos nunca tuvieron la necesidad de buscar empleo. Bueno eso es tema para otra ocasión, lo relevante es llegar a la experiencia.
Realizamos - mi amigo y yo - test sicométricos, nos entrevistaron, nos evaluaron - muy a su manera -, nos dijeron "tienen aptitudes" y nos desilusionaron "pero ... no tienen experiencia". ¿De qué se trata?, ¿qué es lo que les pasas a la empresas en México?.
En muchas organizaciones lucrativas - empresas - cuando lanzan una requisición de personal anexan el requisito de experiencia mínima, restringiendo desde un inicio a personas como yo, profesionistas egresados que su máxima experiencia laboral es haber desarrollado un "par" de proyectos a ciertas empresas, que a pesar de contar con este antecedente, no suelen dar la oportunidad.
La situación se agrava cuando uno contiende por una vacante que no es del área que egresó, las empresas - o por lo menos los fulandrines que tienen en recursos humanos - se cierran al perfil que buscan, no te dan ni la mas mínima oportunidad, siendo que en algunos casos, lo que requiere el puesto es sentido común. Y es que yo creo en lo que alguna vez leí:
"Siempre he sido consciente de que la universidad lo que hace es darte criterios y volverte una persona racional para solucionar problemas y al final puedes terminar en cualquier área" Ernesto Gálvez
Así pues consideró que el sector privado y público - no en todos los casos - se están equivocando, si bien lo que buscan es arriesgar lo menor posible sus intereses al contratar gente sin experiencia, se están perdiendo de gente que bien tiene potencial y sobre todo ganas de hacerlas las cosas bien. No es que solamente hable de mí, sino de personas que conozco que son profesionistas que valen la pena, pero que por esta causa y otras más no han tenido la oportunidad de demostrarlo.
Es lamentable esta situación de la experiencia, el hecho que no te den la más mínima oportunidad, que ni siquiera te permita tener un periodo de evaluación en el área de trabajo. Hablando de evaluación, una amiga, se le concedió la oportunidad de estar a prueba por un periodo - no recuerdo el tiempo exacto - en gobierno del estado, lo cual a mí parecer es algo positivo, que si bien no tiene asegurado el puesto, tiene la posibilidad de "pelear" por él.
Eso es a lo que se le debería de apostar, a evaluar a la gente en situaciones reales de trabajo, no ha cerrarles la puerta. Que se supone para eso sirve las residencias/prácticas profesionales, pero como bien dije al final de cuentas no son valoradas como se debiera.
Para concluir con este tema - que en realidad podría continuar, pero será en otra entrega - hay una frase en un comercial que dice una gran verdad "como quiere que tenga experiencia si nadie me da trabajo".
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