Como el cielo en otoño

Mujeres, los seres mas complejos y hermosos que jamás han pisado este planeta, cuantos de nosotros no hemos salido con una de ellas en búsqueda de ese calzado que anhelaba desde hace tanto, pasan toda la tarde de zapatería en zapatería, mientras tu aguantas esa tortura pensando: "Pronto terminará, pronto terminará", y cuando por fin encuentran ese par de zapatos, la dependienta guía a tu acompañante a que se los pruebe, mientras tu alma descansa al saber que tanto esfuerzo (de tu parte) habrá válido la pena una vez salgan de ahí victoriosos; tres días mas tarde, notas que aun no los estrena, cuando preguntas el porque ella te responde: "es que a mi hermana no le han gustado".

Lo se, así son ellas, no obstante el problema no radica en las indecisiones o cambios súbitos de opinión sobre frivolidades como calzado, ropa y accesorios, sino cuando caminan juntos despreocupados por la calle y de repente ven un anuncio, sí, habrá baile dentro de poco, ella te convence de ir y compras las entradas con una semana de anticipación, todo para que una tarde antes te mande un mensaje de texto diciendo: "Lo siento, me invitaron a la playa mañana... te parece si te hablo luego?", o cuando hacen una cita para verse y concretar una reconciliación inconclusa (iniciada vía telefónica) y te llama un par de horas antes para decirte: "Disculpa, la próxima semana tendré una fiesta con mis amigas y he quedado, con ellas, de ir en este momento a buscar lo que necesitaremos para entonces".

Esta claro que situaciones parecidas me han pasado mas de una vez, y... ¿Por qué sigo creyendo?, no lo se, talvez porque para mi es evidente que la mente de la mujer cambia como el cielo en otoño, es parte de ellas. Este texto no tiene como finalidad exhibir tendencias "machistas", sino compartir una que otra experiencia vivida.
Nos veremos pronto o.O

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